Es realmente único el efecto del calendario y sus fechas emblemáticas. Aparece un número de día y mes y hace que prácticamente todos reflexionemos sobre los 365 días anteriores. En este caso, el 2020, 365 días de vaivenes emocionales, reflexiones profundas y reinvenciones en muchos casos. Escuché por ahí que el 2020 fue un regalo con disfraz de tragedia. Que provocadora, pero a la vez cierta frase. El sólo hecho de parar, pensar y razonar, ya es un regalo que no nos hacemos muy a menudo porque estamos inmersos en la vorágine del día a día. En la velocidad de ser productivos para ir por un nuevo objetivo porque el tiempo se puede acabar. Creo que este año que se nos va nos enseñó justamente lo contrario; nos enseñó a valorar lo simple, nuestros vínculos, sobre todo los más cercanos. Echamos de menos más que antes y eso también es un regalo. Sin duda entramos en una nueva era en que lo personal y lo profesional terminan de converger, no sólo en el balance vida privada - trabajo, sino también en los negocios mismos.
La mirada de los modelos de negocios, la estrategia y la propuesta de valor ya no están sólo centradas en el cliente o usuario; sino más bien en la calidad de vida, en el bienestar del individuo como parte de un grupo y de la sociedad. Las empresas innovadoras, ya no serán las que lanzan productos o servicios disruptivos en su industria, sino las que crean valor a la sociedad como un todo y que son coherentes con su propósito. El equilibrio entre estrategia, valor público y bienestar enfrenta un gran desafío para las organizaciones y se necesita mucha reflexión para llegar a conclusiones razonables. Va a ser un escenario de prueba y error sin duda, pero los valientes siempre llevan la ventaja. Es de esperar que expertos en filosofía, sociología, poesía y porqué no en felicidad, sean el nuevo capital humano provocador de conversaciones en las organizaciones. Diversas investigaciones han encontrado contundente evidencia de que existe una correlación positiva entre creatividad y productividad con la felicidad en las empresas. Este 2021 conversemos más y observemos más allá de nuestras fronteras –ojalá no solo a través de una pantalla– quizás nos va mejor si somos todos más felices y esta tragedia nos entregó un gran regalo.
¡Feliz 2021!