Sabías que, varios estudios afirman que tenemos un segundo cerebro. ¿Qué? ¿Un segundo cerebro?, ¿Cómo es eso?
Pues sí. Nuestro segundo cerebro en este caso sería nuestro estómago. Esto se debe a que el estómago con el cerebro, están conectados de forma bidireccional mediante el nervio vago. Por lo tanto, lo que suceda en el cerebro como en el estómago nos influye, ya que, ambos responden a estímulos tanto externos como internos e influyen en cómo reaccionamos en el día a día.
Uno de los neurotransmisores relacionados con la felicidad, como es la Serotonina, hormona encargada de la felicidad, del bienestar, del apetito, de la libido y otras reacciones, está presente entre un 80% y 90% en nuestro estómago. Por lo que cuando comemos algo rico, como es un chocolate, sentimos una placentera sensación de bienestar. ¿Te ha pasado?
Por otro lado, la Serotonina, es también la responsable de los estados de ansiedad y depresión. Es por esto que sí importa cómo nos alimentamos, ya que, al entregar nutrientes correspondientes a nuestro estómago, se los entregamos también a nuestro cerebro.
Volviendo a cuando nos comemos ese rico chocolate en la noche, o cuando disfrutamos algo rico viendo una película. ¿Te ha pasado que no es suficiente? O si bien, el estado de bienestar no dura mucho, por lo que buscas más de esa sensación, mediante ¿otro pedacito?... O ¿Te ha pasado que cuando estás triste necesitas algo dulce?. Es típico de las películas, cuando después de una ruptura amorosa nos muestran a una mujer llorando, viendo una película y comiendo una casata de helado. Nosotros al intentarlo sentimos que funciona pero que no es suficiente. Pues justamente, esa placentera sensación de felicidad es momentánea, y hoy buscamos que sea eterna.
Entonces ¿Cómo lo hacemos?... Si has llegado hasta este párrafo, te felicito, quiere decir que te interesa velar por tu propio bienestar y estás cada vez más cerca de lograrlo.
Los primeros pasos para romper este círculo vicioso, entre comenzar a alimentarnos bien y luego no terminar en una sabrosísima hamburguesa con papas fritas de fácil acceso, dependen de tu actitud y buenos consejos para seguir con este cambio de hábito.
En primer lugar, me gustaría que imagines hacía dónde te gustaría llegar. Es importante que ajustes tus expectativas y aclares tus metas. ¿Qué es para mí el bienestar?, ¿Qué es para mí la felicidad? ¿Qué busco a través de la alimentación?
¿Has escuchado el dicho eres lo que comes y que tu alimento sea tu medicina? Estos refranes van más allá de incitarte a que te bases en una alimentación de plantas o comer todos los días ultra orgánicos y no procesados. Se refiere más a incentivarte a buscar una saludable relación con la comida. El no comer por estar triste, ni comer como premio al esfuerzo. Disfrutar lo que comemos, cada mordisco y sabor que sentimos.
No hacer dietas estrictas, para no tener atracones de comida desaforados, para luego, sufrir una tremenda culpa que nos lleva a ejercitarnos en exceso, o a un ciclo vital de dieta todos los lunes.
La idea es alimentarnos conscientemente. Saber que todo lo que ingiero en mi cuerpo me afectará de cierta manera, para bien o para mal. Que en la vida hay consecuencias y qué mejor que partir haciéndonos cargo de nuestros propios actos, especialmente aquel que nos podría beneficiar a futuro, como es el alimentarnos de manera consciente.
A continuación, te daremos algunos consejos:
- Planifica tus comidas diarias y semanales para hacer las compras. Procura no comprar en exceso.
- Crea un menú para preparar día a día o con anticipación. Ya que, cuando tenemos hambre y no hay nada preparado, solemos recurrir a lo de fácil acceso, como comida rápida o algo sencillo de hacer.
- Bebe agua. Ojalá 8 vasos diarios.
- Realiza 45 minutos de deporte, (ojalá) 3 veces a la semana. Trae beneficios positivos para la salud, ya que, eleva el nivel de endorfina en el cerebro, con ello, el estado de ánimo. Y a la vez, modera el antojo que dá por alimentos dulces.
Si te interesa saber más del tema, te recomiendo leer los libros; “Alimenta tu cerebro” de David Perlmutter. Y “Cómo hacer que te pasen cosas buenas” de Marian Rojas Estopé. Ambos se encuentran en PDF gratis.