¿Te ha pasado que comes a pesar de no tener hambre? ¿Vas constantemente al refrigerador, lo abres y cierras sin sacar nada? ¿Será realmente hambre lo que sientes?
¿Conoces lo que es el hambre emocional? Si estás constantemente preocupada/o por tu alimentación, sientes que no tienes una relación saludable con la comida o simplemente te interesa saber más sobre el tema, este artículo es para tí.
El hambre emocional, se basa en alimentarnos por razones emocionales y no físicas. Es decir, probablemente frente alguna crisis emocional, algún evento en particular o la procrastinación de una actividad, te encuentres sumergido/a en el refrigerador para enfrentar dicho evento.
Si bien, en el artículo de alimentación consciente (si no lo has leído, te recomiendo leerlo), te contamos la importancia de la alimentación para nuestro organismo más allá del físico. Nuestro cerebro está totalmente conectado a nuestro estómago, por lo que, todo lo que sucede en uno, afecta en el otro.
Hoy te traemos a la mesa, menos dietas restrictivas y más alimentación intuitiva ¿La has escuchado? Se basa en permitirse de forma incondicional comer cuando uno tiene hambre. Es decir, no ignorar las señales de hambre. Comer, y no algo “saludable”, si no, lo que tengas ganas de comer. Escuchar nuestro cuerpo, percibiendo la comida como neutral y evitando etiquetas de “bueno y malo”. De esta manera, si aprendes a escuchar tu cuerpo, reconocerás también cuándo parar de comer, estando satisfecho, y así, evitar culparte duramente por toda la ingesta.
¿Por qué menos dietas? A nuestro parecer, no es bueno limitar la alimentación, ya que aumenta la ansiedad ante dicho alimento, y cuando lo comes, te culpas.
Además, muchas veces y como parte de la vida, es posible que ocurra un evento emocional inesperado que agite tu vida. Por lo que si te encontrabas restringiendo tu alimentación, es probable que acudas a ella (la comida) para aliviar el dolor, calmar la ansiedad o distraer la mente, e incluso, es probable que incrementes la ingesta de alimentos. Por lo que, esa dieta, posiblemente fue en vano, y subiste todo lo que habías “bajado”.
En este caso, recomendamos en vez de hacer dietas, complementar la alimentación con deporte y darse “gustitos” de vez en cuando. Ya que de lo contrario, genera ansiedad el comer y no se disfruta lo que se está comiendo.
Con la pandemia, es muy probable que hayas aumentado tu ingesta, intentado un sinfín de dietas y cambiado tus horarios de alimentación. Nunca es tarde para volver a ordenarse.
Cada vez, estamos más cerca de la “libertad” y la “nueva normalidad” es una realidad. Por lo que, te invitamos a crear nuevos hábitos y dejar de restringir algunos. Existen distintos estudios para “crear un hábito”, algunos expertos hablan de 21 días, mientras que otros de 2 meses. La verdad, depende de cada persona y qué hábito quieres lograr. Lo importante es no quedarse atascado por el tiempo que demora, y decidirse a lograrlo.
Empezar de a poco o de forma abrupta, depende de cada persona.