Hay reiterados momentos en nuestra vida que nos decimos ¿Es realmente esto lo que quiero para mi vida? ¿Esto me llena? ¿Estoy acá por comodidad?.
En los últimos años me he lanzado varias veces hacia lo nuevo —a veces, siguiendo mi intuición y en otras analizando cada movimiento— y siempre los cambios han tenido que ver con la búsqueda de mi felicidad; en encontrar algo que expanda y potencie mis habilidades.
Me considero una persona muy extrovertida, inquieta y curiosa. Con lo cual, cada vez que comenzaba a sentirme ahogada en donde estaba, pensaba —¿Qué me llama la atención? ¿Qué podría disfrutar en este momento?— y me lanzaba a la aventura. Así he recorrido profesionalmente muchos lugares: comunicaciones, marketing digital, diseño de indumentaria, coaching, etc. Hasta que llegué a la astrología. Qué es donde estoy ahora.
Todo llega cuando tiene que llegar, pero mi carta astral estaba disponible para mí desde que nací. Solo que no lo sabía.
La carta astral es una herramienta con información muy valiosa y exclusiva para cada uno de nosotros en función de la ubicación de los planetas en el momento de nuestro nacimiento.
Todo lo que aparece, son invitaciones que uno puede tomar o dejar. Pero si te animas a ir más allá, te darás cuenta que entre más consciente estás de tu potencial, mejor te sentirás contigo mismo/a, y por ende con la vida. Es la oportunidad de tener un mapa a tu alcance para validar los caminos que quieras tomar.
Personalmente, este mapa individual, me permitió reconocer distintas piezas de mi propio rompecabezas:
PRIMERA PIEZA: La máscara para enfrentarme a la vida
Este es el ascendente (tu signo) y te invita a apropiarte de determinada energía y ser reconocido/a por esas características. En mi caso, Géminis es comunicación e intercambio (estudié comunicación sin saber esto) y lo que más me gusta es conocer gente, hablar de la vida, intercambiar información y conocimiento.
SEGUNDA PIEZA: ¿A qué le doy valor? ¿Con qué puedo generar valor?
Hay un lugar en este mapa que habla sobre lo que es importante para ti, lo que valoras y te da pistas sobre cómo puedes generar valor (incluso ingresos). Por ejemplo, yo atesoro mucho poder conectar con otros e ir acompañándolos en la búsqueda de su mejor versión. Hace años que soy coach y esta pieza de mi carta la conocí hace poco.
TERCERA PIEZA: ¿Cómo sería mi rutina ideal?
Otra parada en el mapa es entender cómo podríamos desarrollar lo que realmente somos y qué nos hace únicos a partir de nuestros propios hábitos. En mi caso, con la pandemia confirmé que necesito asombro, hacer cosas que me apasionen. Y esto, la carta lo reafirma proponiendo estar en constante movimiento.
CUARTA PIEZA: ¿Cuál es tu vocación? ¿Por qué serás reconocido en esta vida?
Este stop me encanta, es la parte con más brillo de nuestra carta, la cual da pistas para descifrar a qué podemos dedicarnos en esta vida. En mi caso, me recomienda seguir en algo que mejore a las personas, y creo que el coaching mezclado con la astrología es una oportunidad para lograr esa meta.
Como escribí anteriormente, no existe una bola de cristal que te diga qué hacer. La carta entrega recomendaciones, pero eres tú quien debe unir las piezas. Si hubiese tenido esta información antes para encontrar mi vocación, podría haber armado mi camino reconociendo “ciertos puntos turísticos atractivos para mi”.
Te invito a que pruebes la astrología. Encarnamos un cuerpo sobre todo para cumplir un propósito, un gran para qué y es responsabilidad de cada uno/a de nosotros de ponernos en movimiento para descubrirlo.
Lau Mozo
@LauBrujita_