¡Sonríe!

¡Sonríe!

A propósito del día mundial de la sonrisa que fue el pasado viernes. Seguro ni cuenta te diste de todo lo que has sonreído desde ese día hasta hoy. Un acto que solemos realizar y nos entrega suficientes beneficios como para no dejar de hacerlo.

Sin duda, has escuchado el poder que tiene la sonrisa, lo bien que hace sonreír o incluso, lo atractiva que es la curva de la sonrisa. Pero ¿Por qué?
Ron Gutman, fundador de HealthTap nos cuenta el “poder oculto de la sonrisa”. Puede que después no dejes de sonreír y te des cuenta de lo gratificante que es el simple acto de hacerlo.

¿Alguna vez has intentado fruncir el ceño o enojarte con alguien que te sonríe? ¡Inténtalo, es imposible! Sonreír es contagioso a nivel evolutivo y elimina el control que normalmente tenemos sobre los músculos faciales. La teoría de Charles Darwin dice que el acto mismo de sonreír realmente nos hace sentir mejor. En su estudio, Darwin cita a Guillaume Duchenne, neurólogo francés, quién usaba descargas eléctricas en los músculos faciales para inducir y estimular sonrisas (no lo hagan en sus casas). La sonrisa estimula el sistema de recompensa del cerebro en formas que ni el chocolate (un inductor de placer muy conocido) puede igualar. 


 

Es más, investigadores británicos hallaron que una sonrisa puede generar el mismo nivel de estimulación cerebral que dos mil barras de chocolate. ¿Genial no? 


Y si aún no te convence, sonreír puede ayudarnos a reducir el nivel de las hormonas que aumentan el estrés como el cortisol, la adrenalina y dopamina; aumentar el nivel de hormonas que levantan el ánimo como la endorfina y reducir la presión sanguínea.


A continuación te dejamos su charla Ted.